Infección cervical profunda

jueves, 7 de febrero de 2008


INTRODUCCIÓN

Una infección profunda de cuello es un proceso bacteriano en un espacio potencial limitado por aponeurosis. En el cuello existen varios espacios potenciales y planos aponeuróticos. La infección de cualquiera de ellos puede diseminarse rápida y fácilmente y abarcar estructuras vitales del cuello, como la Laringe, Grandes Vasos y Nervios Craneales inferiores. (Son precedidos por infecciones bacterianas de vías aerofigestivas altas). Las Infecciones desencadenantes pueden originarse en: amígdalas, adenoides, cavidades nasales, senos paranasales, faringe, glándulas salivales, oídos y dientes. La infección puede preceder al proceso por semanas y con frecuencia es difícil discernir la fuente primaria de infección. El diagnóstico diferencial de las Infecciones profundas incluye: lesiones congénitas, tumores, abscesos cervicales, otras causas de infección y masas cervicales de origen desconocido. Las lesiones quísticas congénitas de cabeza y cuello pueden producir aumento de volumen similar a la de las Infecciones profundas de Cuello, pero por lo común no se vinculan con síntomas agudos de infección aunque en ocasiones esos quístes pueden infectarse y semejar abscesos profundos de cuello y sus complicaciones. Las lesiones quisticas congénitas incluyen: Higroma quisticos, Quiste del conducto Tirogloso y quistes de la hendidura branquial. Los tumores benignos (Neurofibromatosis) como los malignos (Linfomas y Rabdomiosarcomas) deben diferenciarse fácilmente de abscesos cervicales profundos en comparación de lesiones quisticas porque no suelen vincularse con síntomas de infección. Los abscesos cervicales pueden formarse en el cuello bajo la aponeurosis cervical superficial del músculo cutáneo del cuello, en los triángulos anterior y posterior y no afectar los planos aponeuróticos profundos. Otras causas de adenopatías en el cuello incluyen: La enfermedad del arañazo de gato, tuberculosis, sida y mononucleosis infecciosas. La infección por micobacterias atípicas suele presentarse como absceso de cuello y requiere mención especial. Los abscesos cervicales atípicos por tuberculosis pueden tratarse solo con antibióticos ó bien con antibióticos y extirpación ó drenaje.

El tratamiento inicial debe incluir un fármaco contra las Betalactamasas. Muchas infecciones son producidas por varios microbios y contienen bacterias Gram positivas y Gram negativas, aerobias y anaerobias. Los anaerobios, más comúnmente aislados son especies de bacteroides. La localización de la infección cervical puede ayudar a predecir cual es el microorganismo más común, aunque existe considerable sobreposición entre los diferentes sitios de infección. Los Estreptococos del grupo “A” y los anaerobios bucales, son los microorganismos más usuales en el absceso periamigdalino y en el absceso retrofaringeo. Las infecciones submandibulares, son causadas comúnmente por estafilococos y tienen más baja incidencia de flora mixta. Las muestras de los abscesos de cuello obtenidas mediante aspiración con aguja ó drenaje abierto pueden enviarse a cultivo para establecer la antibioticoterapia indicada.

Como el espectro antibacteriano del tratamiento empírico con antibióticos para infecciones profundas de cuello debe de ser amplio, el cultivo de aerobios y anaerobios es de gran utilidad para el tratamiento. Los abscesos cervicales profundos deben de tratarse con antibióticos intravenosos; al parecer la antibioticoterapia por vía oral previa no inhibe la proliferación de microorganismos a partir del cultivo del absceso.

DIAGNÓSTICO

Dentro de los estudios de gabinete que podemos implementar en el diagnóstico de las infecciones profundas de cuello tenemos los siguientes:
Placas simples. Las radiografías simples del cuello tienen utilidad limitada en el diagnóstico ó la definición de abscesos cervicales profundos. Las radiografías del tipo Ortopantografías pueden identificar fuentes odontógenas de infección. Las radiografías del tórax pueden mostrar diseminación de la infección al mediastino ó a los pulmones. Y por último las laterales de cuello pueden delimitar un absceso retrofaringeo.
Ultrasonografía. Es una herramienta útil en algunos abscesos cervicales. No es invasiva ni requiere radiación, además es económica y fácil de realizar, por lo común no requiere sedación. Mediante la USG pueden identificarse localización, tamaño, relación, con estructuras vecinas y características internas de la lesión. La técnica también puede servir para localizar el absceso y guiar la aspiración con aguja, y puede emplearse durante la cirugía.

Tomografía Axial Computarizada. Es la modalidad diagnóstica que más se utiliza en infecciones cervicales de cuello y en general es el mejor estudio radiográfico para valorar abscesos cervicales profundos. Es mejor que la USG para definir la magnitud de las masas cervicales. Una leve desventaja de la TAC es que utiliza radiación ionizante a diferencia de las imágenes de USG y de IRM. Para obtener la TAC, se requiere que el paciente se encuentre tranquilo y quieto durante la exploración más que en la USG pero por lo común es más rápida que la IRM. Una ventaja de la TAC es que puede diferenciar entre abscesos, celulitis y masas sólidas. Además la TAC con contraste IV permite valorar estructuras vasculares y ayuda a diagnosticar problemas como Trombosis venosas. Pueden definirse los límites anatómicos de los abscesos mediante TAC así como la afección de estructuras contiguas.

Resonancia Magnética Nuclear. Esta técnica puede ayudar a ver abscesos cervicales profundos y tiene algunas ventajas sobre la TAC. No utiliza radiación ionizante, permite obtener imágenes en tres planos y proporciona mejor resolución de los tejidos blandos cuando se utiliza gadolinio. El tiempo prolongado para la obtención de imágenes puede obligar a que se utilice sedación. Puede ser peligroso en algunos casos ya que la vía respiratoria puede estar afectada por el absceso cervical. Las imágenes de IRM pueden ser útiles para delinear planos de tejidos blandos cuando la TAC no tuvo éxito y estaría indicada para definir la extensión del absceso en casos difíciles.

El diagnóstico se basa en una Historia clínica detallada para averiguar factores de riesgo así como así como enfermedades concomitantes además se debe de realizar un examen físico cuidadoso y detallado para poder definir extensión además de estructuras involucradas en forma aproximada. Dentro de los procedimientos que se deben de seguir tenemos la toma de cultivos como ya se mencionó para iniciar una antibioticoterapia inicial.

CUADRO CLÍNICO

Dentro de la sintomatología tenemos Síntomas generales: como lo son Fiebre, escalofríos, malestar general, pérdida del apetito. Además podemos tener síntomas locales como lo son: Odinofagia, Disfagia, Dolor faríngeo, rigidez del cuello, dolor del cuello, Trismus, y cambios de la voz. Como signos encontramos Aumento del volumen del cuello, elevación del piso de la boca, sialorrea, diaforesis, hipertermia, abombamiento de la pared faringea, sangrado. Cuando ya tenemos compromiso de la vía aérea podemos observar: Disnea, Estridor, Bradipnea.

Los pacientes pueden presentar un estado general muy deteriorado y mostrar signos de sepsis en asociación con los síntomas mencionados.

El tratamiento se debe instaurar tanto en forma quirúrgica como médica. Se debe iniciar antibioticoterapia é impregnarse para llevar al paciente a quirófano de ser necesario y evaluar sitio, localización así como también diversos compromisos para elegir la mejor vía de abordaje.

En cuanto a las complicaciones podemos mencionar: Obstrucción de vías respiratoria, Trismus, Mediastinitis, Diseminación, Septicemia, Trombosis venosa Yugular, Parálisis de pares craneales IX, X, XI y XII, Infección de la carótida y su probable rotura, rotura de absceso hacia la vía respiratoria.

REFERENCIAS

Sociedad mexicana de O.R.L. y cirugía de cabeza y cuello http://www.smorlccc.org.mx/foro_residente/hospitaljuarez3/hospital_juarez_1.php 2008

2008

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